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Piedra Parada es un pequeño paraíso por descubrir. En medio de la estepa, en un paisaje con cerros ásperos y colores increíbles, la piedra se levanta con sus 210 metros de altura, solitaria, junto al Río Chubut, producto de la actividad volcánica que hubo en la zona hace más de 35.000.000 de años. Sin dudas la zona de Esquel y Trevelin son privilegiadas por su ubicación geográfica. En pocos kilómetros se puede visitar desde la selva valdiviana a la estepa patagónica. Desde las costas de lagos y juncales de lagunas hasta las cumbres nevadas y pastizales de altura. Extremos que no sólo son interesantes por sus contrastes, sino porque en cada uno de ellos podemos observar diferentes especies de aves adaptadas a cada ambiente. Desde el llamativo siete colores a dormilonas en las alturas, agachonas, martinetas, cóndores, y al andino, picaflor rubí, paloma araucana, el confiado chucao son algunas de las especies que podemos encontrar. Si bien estos ambientes comparados a otros más cálidos del norte del país son más humildes en variedad de especies, tienen el valor de que muchas de ellas son exclusivas del bosque andino o de la estepa patagónica, no encontrándose en otros sitios. Para poder apreciar gran parte de esta variedad podés ser parte de este recorrido saliendo desde Esquel donde, además de esta asombrosa piedra, vas a apreciar los distintos efectos que tuvo la erupción de la caldera volcánica realizando una asombrosa caminata hacia el interior del Cañadón de la Buitrera, complementando el recorrido con observación de flora y fauna. Este Cañadón tiene una extensión de 6 kilómetros y es muy atractivo por los coloridos acantilados de rocas que lo rodean. Allí se aprecia la existencia de un alero, donde hubo ocupación aborigen hace más de 5000 años, lo cual convierte a este lugar en un sitio de interés paleontológico, antropológico y arqueológico. Al regresar y después de un refrigerio, vas a hacer una parada en Gualjaina, un pequeño poblado de menos de 1000 habitantes, para conocer un taller de artesanías en donde se trabajan piedras semipreciosas, nacidas de esa misma riqueza geológica que conociste a lo largo de la jornada (sujeto a disponibilidad del lapidador). El retorno a Esquel se hace al atardecer, con el sol ocultándose detrás de la Cordillera. Una excursión realmente imperdible.
Piedra Parada es un pequeño paraíso por descubrir. En medio de la estepa, en un paisaje con cerros ásperos y colores increíbles, la piedra se levanta con sus 210 metros de altura, solitaria, junto al Río Chubut, producto de la actividad volcánica que hubo en la zona hace más de 35.000.000 de años. Sin dudas la zona de Esquel y Trevelin son privilegiadas por su ubicación geográfica. En pocos kilómetros se puede visitar desde la selva valdiviana a la estepa patagónica. Desde las costas de lagos y juncales de lagunas hasta las cumbres nevadas y pastizales de altura. Extremos que no sólo son interesantes por sus contrastes, sino porque en cada uno de ellos podemos observar diferentes especies de aves adaptadas a cada ambiente. Desde el llamativo siete colores a dormilonas en las alturas, agachonas, martinetas, cóndores, y al andino, picaflor rubí, paloma araucana, el confiado chucao son algunas de las especies que podemos encontrar. Si bien estos ambientes comparados a otros más cálidos del norte del país son más humildes en variedad de especies, tienen el valor de que muchas de ellas son exclusivas del bosque andino o de la estepa patagónica, no encontrándose en otros sitios. Para poder apreciar gran parte de esta variedad podés ser parte de este recorrido saliendo desde Esquel donde, además de esta asombrosa piedra, vas a apreciar los distintos efectos que tuvo la erupción de la caldera volcánica realizando una asombrosa caminata hacia el interior del Cañadón de la Buitrera, complementando el recorrido con observación de flora y fauna. Este Cañadón tiene una extensión de 6 kilómetros y es muy atractivo por los coloridos acantilados de rocas que lo rodean. Allí se aprecia la existencia de un alero, donde hubo ocupación aborigen hace más de 5000 años, lo cual convierte a este lugar en un sitio de interés paleontológico, antropológico y arqueológico. Al regresar y después de un refrigerio, vas a hacer una parada en Gualjaina, un pequeño poblado de menos de 1000 habitantes, para conocer un taller de artesanías en donde se trabajan piedras semipreciosas, nacidas de esa misma riqueza geológica que conociste a lo largo de la jornada (sujeto a disponibilidad del lapidador). El retorno a Esquel se hace al atardecer, con el sol ocultándose detrás de la Cordillera. Una excursión realmente imperdible.
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Me encantó la caminata por el Cañadón y la historia del lugar. Piedra Parada es majestuosa, y la parada en Gualjaina para conocer las artesanías fue un lindo detalle. Muy recomendado.
El recorrido fue increíble, lleno de paisajes únicos y muy bien guiado. La mezcla de naturaleza, arqueología y tranquilidad lo hacen especial. ¡No puedo esperar a volver!
Una experiencia única. El paisaje de la estepa combinado con el Cañadón de la Buitrera es impresionante. El guía fue súper atento y el picnic muy bien organizado. ¡Imperdible si visitás Esquel!
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